La percepción de la justicia en Guatemala



El poeta Humberto Ak´abal escribió "en este país pequeño todo queda lejos: la comida, las letras, la ropa..." y yo agregaría también la justicia. Desde el año 2017 hemos visto una involución en las conquistas que se habían alcanzado en materia judicial. Incluso los que litigamos nos hemos percatado de la resistencia de la mayoría de juzgadores a  desnudarse de los formalismos para enfocarse en tener al ser humano como centro y fin último de la justicia. El día de hoy varios colegas que conocen, sin lugar a dudas, mucho más que yo del proceso penal han afirmado que la sentencia de la Corte de Constitucionalidad respecto de la acción de inconstitucionalidad, según expediente 4099-2020 no debe entenderse como que se abre una puerta para la impunidad. El problema es que debido a los formalismos, al razonamiento tan elemental de los magistrados al resolver el expediente, y a lo mal intencionado que son muchos colegas abogados, es que por muy bonita que sea la sentencia en sentido estricto, es un estamento que perfectamente puede ser utilizado por los acusados de corrupción. Sobre todo en un país donde estamos más que convencidos de que el Ministerio Público está inoperante, la mayoría de jueces y magistrados se han pasado al lado oscuro, el colegio de abogados y las universidades permanecen en un silencio cómplice e indolente, y donde la coercitividad alcanza solo a quien no puede pagar para librarse de ella. Es importante que debatamos ideas porque ellas y las palabras inteligentes abren brecha en un país donde estamos acostumbrados al silencio. Hablemos para que la comida, las letras, la ropa y la justicia no queden lejos...

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